Son las 6:30 de la mañana. Es lunes y hay que comenzar la jornada. Humberto Rivera no tiene una hora establecida para entrar a trabajar, sino aquella que él mismo se fija según los pedidos. Como es un día caluroso opta por ponerse una fresca camisa rosada, que combina muy bien con su piel trigueña y sus expresivos ojos verdes. Sale sin prisa de su casa, no sin antes despedirse de su esposa Ana y Betito, su hijo.
A sus 28 años es un micro-empresario. Tiene su propio taller al que llamó Arte y Artesanía. En el labora con todo tipo de materiales, desde piedras preciosas hasta cuero, alambre y barro. Prefiere llegar temprano para poner las cosas en orden. “Cuando vengo al taller, como a las 8:30, siempre hago la limpieza de los artículos que voy a ocupar y reviso la lista de cosas pendientes por hacer”, comentó Rivera.
Sin embargo, nunca pensó que un pasatiempo podría convertirse en su fuente de ingreso económico. Sabe que el depender de un empleo informal genera inestabilidad, pero por varios años buscó un trabajo fijo sin conseguir uno que le ofreciera un salario superior al que obtiene con las artesanías.
Para el economista Orlando Hidalgo Buitrago, el empleo informal es aquel segmento del mercado laboral que no está bajo el régimen de derechos que la ley le concierne al empleado formal. Al mismo tiempo, afirmó que el mercado informal se incrementa cada vez más, debido a que las personas al buscar un trabajo no logran conseguirlo.
En El Salvador hay una alta cultura emprendedora, la cual impulsa a las personas a echar andar un negocio. Como expresó Stanley Ramos, de la Dirección General de Estadísticas y Censos (DIGESTYC), en el país no hay una cultura de producción capitalista, sino una formación económica social; es decir, que si no se trabaja no se come.
Esta misma frase es la que Humberto Rivera tiene presente a cada momento. Hay días en los que no vende nada o los clientes no pueden pagarle las deudas, su misma preocupación lo lleva a rebuscarse para conseguir nuevos compradores. Sin embargo, en algunas ocasiones ha pensado en tirar la toalla y dejarlo todo.
Remembranzas artesanales
El reloj marca las 2:00 de la tarde. Humberto Rivera recoge las últimas cosas del taller y las guarda en su portafolio negro, en el cual tiene todas las piezas que debe ir a vender. Cada una de ellas está cuidadosamente colocada en su bolsa. Por las tardes se dedica a visitar a los clientes, quienes en su mayoría son mujeres.
En su faena, Rivera recuerda cómo descubrió sus habilidades en el arte. “En el 2000 comencé a estudiar comunicaciones en la UCA, y en la salida peatonal siempre había un artesano; entonces, en mis tiempos libres, me acercaba a él y empecé a ser su amigo…así me enseñó varios tips y técnicas”, comentó.
Cuando se dio cuenta de su habilidad, decidió cambiarse de carrera y estudiar diseño artesanal, en la universidad Doctor José Matías Delgado. Así comenzó a hacer artesanías y a venderlas con sus amigos. Sin embargo, solo era para ganar un poco de dinero. “Nunca me imaginé que ésta iba a ser mi fuente de empleo”, explicó.
Según el Directorio de Establecimientos de la DIGESTYC, en el censo del año 2007 se registró un total de 17,189 establecimientos de carácter informal en sus tres tipos: activos, inactivos y aperturados; las personas emprendedoras están clasificadas en el tercero. Lo que quiere decir que para este año se espera un incremento en el registro.
Mientras busca sus últimas herramientas, Rivera se acuerda de cuando quiso probar suerte en la calle. “Una vez me puse como artesano en las aceras, pero no me gustó porque era de aguantar bastante sol, lluvia y era incómodo”, dijo entre risas. De esa manera se dio cuenta de que quería algo formal. “A partir de allí pensé que si me dedicaba a esto lo iba a hacer de una manera más seria”, agregó.
De igual forma, para el Director del Distrito Uno de la Alcaldía de San Salvador, Mario Serrato, no es fácil vender en las calles, y no por lo dificultoso que resulta, sino porque como comerciante informal se deben tener los permisos y registros necesarios. Incluso, en enero de 2010, se levantó un censo para evaluar la cantidad de vendedores informales, por lo menos en el centro de San Salvador.
“Es un censo sencillo, en el cual se solicita al comerciante su nombre, DUI, giro comercial y los metros cuadrados que ocupa”, manifestó Serrato. Hasta la fecha se presume que ya hay alrededor de cinco o seis mil vendedores censados. Cabe aclarar que la alcaldía ejecuta este trabajo con fondos propios.
Una cosa no basta
A las 5:00 p.m. Rivera visita su última compradora. Es tarde y tiene una cita para las 5:40: la casa de una clienta. En medio del calor opta por recoger las mangas de su camisa, mientras camina apresuradamente. Desde hace un tiempo comenzó a dar clases privadas de artesanía. La mayoría de sus contratantes son amas de casa que quieren poner sus propios negocios artesanales.
Pero su labor no termina allí. Se considera un micro empresario; pero, como quiere mejorar, no deja de leer, investigar y actualizarse en la rama de diseño y mercadeo. “Solo así uno se da cuenta de lo importante que es buscar acciones de diferente partes para tener un ingreso económico y salir adelante”, aseguró.
Muchas personas optan por tener dos o tres trabajos alternativos, ya que con uno solo no logran subsistir. Esto se convierte en un problema a la hora de sacar datos estadísticos porque, como afirmó Stanley Ramos de DIGESTIC, podría haber más de una actividad económica en una misma realidad monetaria.
Los fines de semana Rivera tampoco descansa. Trabaja con la Asociación para el Desarrollo Humano (ADHU) y viaja a Sonsonate para dar clases de bisutería y artesanía a muchachos de ocho a 28 años. “Me gusta dar estos talleres porque disfruto ver cómo los jóvenes aprenden y salen adelante al elaborar sus propios productos”, comentó.
Pero no todo ha sido fácil. El 2009 fue un año difícil para Humberto porque fue el período en el que tuvo menos clientes y, si los tenía, se tardaban en pagarle. “Allí es cuando uno como vendedor debe puyar e insistir, y también no dejar de buscar nuevos compradores”, expresó.
En la actualidad, la mano de obra se ha visto perjudicada ante la crisis mundial, ya que se ha reducido la inversión extranjera y todo ha repercutido en un lento crecimiento de la economía. “Se espera que a finales de 2010 la economía se recupere”, declaró Orlando Hidalgo.
Arte y familia
Hoy llegó a su casa a las 9:00 de la noche. Está cansado. Ana y Betito lo esperan despiertos. Lo primero que Rivera hace es jugar con su hijo. Está pequeño y no lo ve en todo el día. Su familia es la responsabilidad más grande en su vida y nunca olvidará que es un regalo del arte.
Ana era una de sus clientas. Él iba a su oficina a ofrecerle los productos y así se enamoraron. Ella siempre lo ha apoyado y ambos se complementan. “Yo soy un soñador y ella es más realista”, manifestó. Sus padres también lo han ayudado. Siempre le dicen que se prepare y sea un profesional.
Para Humberto Rivera el empleo informal es más que un concepto económico. Para él es el oficio en el cual uno hace su tiempo y puede obtener sus propios ingresos, uno es su propio jefe. Sin embargo, DIGESTYC maneja otra definición. “Para nosotros el empleo informal es muy importante porque genera trabajos y contribuye a la economía del país”, declaró Ramos.
En El Salvador, no todas las personas que tienen empleos informales están registradas, es decir que no pagan impuestos, no declaran renta, entre otras cuestiones legales y fiscales. No obstante, no es obligación porque no todos tienen la capacidad para hacerlo, debido a la inestabilidad de sus ingresos. “Ellos a lo sumo declaran su IVA, porque su capital no les da para poder pagar todos los trámites y gastos”, sostuvo Ramos. Al mismo tiempo, agregó que es gente que no logra sobrevivir y esto de por sí ya es asfixiante para el micro empresario. Este tipo de problemas son muy complejos, pero desde ya se les debe buscar una solución.
Los proyectos de Humberto Rivera son muchos. Pero aquel que más desea es el de tener su propia tienda de artesanías. Con todo tipo de objetos de diferentes materiales. Sueña con exportarlos a Europa, donde asegura que los podría vender con un precio hasta cinco veces mayor.
Le gustaría que su hijo también se interesara por el arte. Sin embargo, sabe que esa es su ilusión y que cada uno debe luchar por la suya. Por ende, siempre ha pensado que lo importante es encontrar las destrezas personales, porque una cosa es tener el sueño y la otra es contar con las habilidades para cumplirlo.
A las 11:00 de la noche Rivera se va a la cama. Entre el silencio de la noche, lee un libro de diseño de piezas y ve un poco de televisión. Ha sido un día muy transitado y siente fatiga, mas para él su trabajo no es un sacrificio porque hace lo que le gusta. Lo que sí le duele es que, por trabajar, no puede convivir tanto con su hijo.
Son las 12:00 a.m. y el sueño lo ha vencido. Al día siguiente debe continuar la labor. Sabe que en la vida hay que ir contra corriente y hacer todo con calidad. Eso lo ha aprendido del arte, porque es éste el que le exige dedicación y responsabilidad.
N.S.
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